“Hijo mío” Quizás un día sepas de tantas ilusiones forjadas en secreto, durante largas noches. Imaginando en sueños mil rostros infantiles y dibujando a ciegas al aire tus perfiles. Aventurando sexos y barajando nombres tratando de escuchar tu corazón en la noche. Quizás un día sepas que triste fue tu cuna, tan sola, tan vacía durante nueve lunas. Hijo mío, hijo mío… Dios sabe que no miento cuando digo que jamás sentí lo que ahora siento al ver mi propia sangre ir alumbrando vida en cada palmo de carne. Que vuelen las campanas y el viento se dé prisa que hoy llega la mañana estrenando sonrisa. Que lo sepan las calles, los campos y los ríos, y siembren de colores tu corazón de niño. Que vengan a tu cuna, para cantar conmigo y dejen en tu piel una caricia de amigo. Quizás un día sepas con cuanto amor brotaron mis lágrimas al verte viviendo entre mis brazos. Hijo mío, hijo mío… Dios sabe que no miento cuando digo que jamás sentí lo que ahora siento al ver mi propia sangre ir alumbrando vida en cada palmo de carne.